Tire una moneda al aire y el viento se la llevó.

''Quien no arriesga no gana.''

Te dicen eso y te rompen el mundo en dos. Porque sabes que tienen razón, pero no sabes cómo afrontarlo. Y es que es verdad, quien no juega a la lotería, nunca se hará millonario gracias a ella, quien no se presenta a un examen jamás lo aprobará, quien no entiende una mirada, jamás comprenderá una explicación.

Nos encontramos ahora ante el problema de encontrar las circunstancias adecuadas. Creo que es el mayor quebradero de cabeza, que muchos no saben ni lo que quieren. Y otros, aún teniendo lo que les haría felices, no saben apreciarlo y, simplemente, lo dejan escapar.

COCO ♥

Te echo de menos, te echo mucho de menos.

Preferiría mil veces tenerte aquí en frente y así no tener motivos para escribir esta entrada. Pero los tengo. No estas aquí, a mi lado, dónde perteneces.
¿Dónde estás?

No sé nada de ti, no sé dónde paras, no sé lo que haces ni lo que dejas de hacer, no sé con quien estás. Y yo estoy sentada en mi sofá, sintiéndome impotente, haciéndome preguntas que nadie contesta.

Así es la vida. No siempre las cosas salen como uno quiere. A veces las cosas se tuercen sin más, sin razón aparente.

En fin, si algo he aprendido con el tiempo, es a reírme de lo que me pasa. Sé que de aquí a un año me acordaré de todo esto y me reiré, así que prefiero empezar hoy mismo. Sólo quiero que sepas que aunque no sé dónde paras, ni lo que haces, ni con quién estás, igualmente te echo de menos. Mi corazón sigue contigo.

Y a ti, lector que estas líneas lees, qué te voy a decir. Te diría que era maravilloso. Como todos, claro, a su manera; pero maravilloso. Un perro excepcional. Y le echo de menos. Soy una chica con miles de debilidades. Y él es una de ellas.

Si lo ves, si la casualidad te lleva hasta sus ojos, sin un día te lo encuentras por la calle, dímelo.

Salir de esta habitación y no volver a sentir lo que siento cuando estoy contigo.

De pequeña le tenía miedo a todo: a la oscuridad, a mi madre cabreada, a mis profesores, a los señores con barba y a las cucarachas. Mi gran pesadilla era que el hombre del saco viniera a comerme.

Hoy en día mi gran pesadilla no tiene nada que ver con oscuridades, hombres o sacos. Mamá algunas veces sigue dando miedo, pero lo que de verdad me asusta tiene que ver más contigo. Tú me asustas. Sí, tengo temor de que algún día decidas irte sin previo aviso, de que no vuelva a sentir lo que hoy siento a tu lado.

Las mismas tardes de siempre, los mismos sitios, las mismas personas.

Mira que yo no soy de odiar, ni de guardar rencores.. pero si hay algo a lo que le tengo verdadera aversión es a la rutina.

Yo, como muchos, busco y sigo buscando la manera de evadir esta detestable rutina que al parecer me da la sensación de no estar viva.

Y puede que no este del todo equivocada con esta reflexión puesto que según el diccionario la rutina es una costumbre invertida, hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y sin razonarlas.

Estamos tan acostumbrados a hacer todo de una manera uniforme día a día que ya ni nos paramos a cuestionar si es lo que de verdad queremos: unas reglas de mañanas iguales a tardes que tardan poco en aburrir.